Lecciones del universo
Desde que tengo recuerdo he mirado al cielo con admiración, lo sigo haciendo, supongo que todos lo hacemos.
Si tu no sueles mirar al cielo, te animo a que lo hagas, quizás no te has parado a pensar bien lo que significa EL UNIVERSO…
Galaxia en expansión, movimiento continuo, en evolución, sin pausa y sin prisa, a un ritmo constante y armónico.
Planetas que orbitan de forma perfecta y ordenada, sin chocar, alrededor de un sol brillante que ilumina y da energía a todo lo que somos y necesitamos para la vida en la tierra.
La luna, danzando en torno a nuestro planeta, iluminando las noches solo a ratos, levantando mareas, ciclando, y haciendo perder la cabeza a mujeres y hombres lobo, a poetas y enamorados.
Millones de estrellas que lucen y parpadean cada noche formando figuras, adornando el techo de nuestra existencia.
Nubes con formas indefinidas, diversas, con la capacidad de sorprenderte cada día con algo nuevo, cambiantes, fluctuantes. Y los matices de colores imposibles cuando junto con el sol, crean esos horizontes degradados que no puedes dejar de mirar y que jamás, salen en tu foto como se ven en la realidad.
Por eso insisto tanto en mirarlo con tus ojos, nada más.
Todo está a unas distancias inmensurables, cuyos datos exactos ahora no importan, ni siquiera caben en la imaginación, no tenemos capacidad en nuestro cerebro para imaginarlo a escala, tal cuál son.
Y esto es solo lo que vemos, lo que sabemos, lo que nos cuenta la ciencia, ni pensar en todo lo que no alcanzamos a ver, medir o imaginar, todo lo que está ahí y ni siquiera sabemos que está.
Lo que quiero transmitir en este texto es la INMENSIDAD de todo lo que nos rodea para quizás, sentirnos un poco menos importantes y un poco más agradecidos, para poder conectar con esa admiración infantil con la que mirábamos al cielo de pequeños cuando flipábamos con la luna, las estrellas, y con suerte, alguna estrella fugaz con toda la magia que desprende cuando atraviesa el cielo por un instante.
Y te preguntarás, ¿Porqué me cuentas esto Elba?
Pues sencillo (o no), quiero hablarte de 3 conceptos que el universo nos invita a experimentar y que son clave para vivir en paz. Tres conceptos que están muy presentes, constantemente, en el universo y en el inconsciente.
Es decir, dentro y fuera de ti.
Te recomiendo que tengas a mano algo para apuntar tus ideas, todos mis artículos tienen preguntas que pueden ayudarte a conocerte más, a atar cabos, a darte cuenta de cosas, a descubrir posibilidades…
Mientras lees tu mente va a recordar y a generar ideas propias, si no las apuntas, probablemente se pierda en el olvido.
Hasta la próxima oportunidad de ser recordado.
El universo es inmensidad, representa el gran potencial de las infinitas posibilidades existentes.
Observa cómo sucede todo enfrente de ti, para que abras tu mente y te des cuenta de todo lo que no conoces pero existe, todo lo que podría ser, lo que puedes sentir si miras más allá del cielo, si captas el ritmo del universo y te sumas con él, como una pequeñísima parte de un todo inmenso, increíblemente bello, armónico y perfecto.
Mira al cielo estrellado y siente la sensación que te devuelve como respuesta. Mira dentro de ti, pregunta(te), escucha(te) y dime si percibes algún final.
Observa cómo todo lo que va teniendo respuesta, abre nuevas preguntas y asume que va a ser siempre así, en un movimiento infinito de conocimiento y comprensión en constante evolución.
Un porqué más surge en cada respuesta, y cuanto más sabes, mayor certeza de no saber casi nada.
Algunas de esas preguntas siguen, después de siglos sin respuesta unificada, siguen alimentando ideologías, religiones y opiniones masivas bien diversas. La humanidad nunca ha dejado de pensar en ellas.
Quizás solo el hecho de pensarlas sea crucial para el ser humano.
Unas preguntas cuya respuesta debe ser en individual, cada cuál la suya, subjetiva y sentida. Infinitas.
Esas grandes preguntas que surgen mirando al cielo a mí me han traído y siguen trayendo, buenas reflexiones profundas, sola y con gente amiga. Así he ido llegando a algunas respuestas que me ayudan a vivir en paz.
Por ejemplo, que interesa asumir una existencia que nunca vamos a comprender desde la mente humana.
Esas preguntas que tantos otros se hicieron antes que nosotros (puedes investigar) y que durante siglos han estado en manos de gobernantes, religiones y de más dogmas imperantes para ejercer el control social.
Una cosa tengo clara, los recursos y áreas de conocimiento que estos grupos de poder quieren controlar suelen ser los más importantes para la humanidad, es decir, las claves principales para la vida en la tierra.
Pero al lío que me enrollo, aquí te dejo algunas grandes preguntas existenciales que no suelen tener respuesta clara pero que merece la alegría dedicarles un rato de reflexión cada tanto:
¿Qué hay más allá de lo que veo?
¿Cómo funciona el cosmos?
¿Qué función tiene la humanidad?
¿Qué hacemos nosotros aquí? ¿De dónde venimos?
¿Qué hago YO aquí?
¿Por qué todo funciona tan perfectamente ordenado?
Y viendo la precisión magistral:
¿Por qué esta ilusión humana de creer que tiene algo que controlar?
¿Por qué hay gente que sigue pensando que por allí arriba no hay nada?
Me da la risa de pensarlo y ojo que no estoy hablando de ningún Dios, ni siquiera sé qué es lo que habrá por allí, pero que hay algo tan gigante que no vamos a alcanzar a entender nunca, me parece obvio.
Tenemos un cerebro limitado incapaz para comprender EL TODO pero suficientemente capaz para darse cuenta de que está ahí.
Y aquí pasamos a la siguiente lección del universo, sostener la incertidumbre.
¿no será esa la principal enseñanza del universo?
¿Qué tal llevas tu la incertidumbre?
¿Qué te hace sentir?
Aceptar el no saber y aun así confiar en que todo está bien.
Vuelvo a mirar al cielo mientras escribo esto y me doy cuenta que el sentimiento de protección es grande, sensación de que nos arropa y nos cuida, aunque no desvele nunca su naturaleza completa (Aquí científicos del mundo quejándose)
Certeza de que seguirá ahí cada día, con muchas cosas imprescindibles para nosotros.
Incapaces para entender y manejar las dimensiones de todo lo que hay más allá, y según avanza la ciencia, más lejos queda el horizonte. Por eso casi todos los grandes científicos de la física terminan de nuevo en la idea de Dios.
Yo me pregunto ¿Por qué nos cuesta tanto el no saber?
Nos sentaría genial aceptar y comprender nuestro lugar, nuestros límites cognitivos con La realidad y la importancia para el ser humano de reflexionar y divagar sobre estos temas abstractos sin tener certezas para dejar de pretender entender y controlarlo todo, y simplemente vivir.
Y siendo que la respuesta está cada vez más lejos, más ambigua, más dependiente de la opinión personal de quien te hable de ello.
¿No sería clave que trabajes en tener tu versión propia? ¿Lo haces? ¿Le dedicas tiempo?
Si, para ello tendrás que pensar y sentir el cielo cuando lo miras para llegar a tener tus propias conclusiones de lo que sientes y ves. Si indagas mucho verás, que nunca lo sabrás todo, que está clarísimo que la magia de la vida es justo eso, su inmensidad infinita e incierta.
Y entonces estamos listos para la siguiente lección del universo, la profundidad que tienen las cosas.
Aquí no hay casi nada dejado al azar, aunque no podamos comprender, siempre hay algo detrás, siempre hay algo más, siempre hay razones.
Dedicar tiempo de pensamiento profundo a cada cosa que te importa o te interesa, a cada preocupación, idea, sentimiento, con mente abierta porque sabes que siempre hay cosas que no sabes.
Esto tendría que valer para dejar de suponer, dejar de juzgar, investigar en lugar de sentenciar, para no cuestionar a los demás y sus ideas de las cosas… siempre, siempre hay motivos, siempre es más profundo de lo que puedes imaginar.
Siempre hay más que preguntar, más que investigar, más que descubrir… es infinito.
Integrar en nuestro pensamiento la idea de la inmensidad infinita de la existencia, sosteniendo incertidumbre y al mismo tiempo comprendiendo la profundidad de todas las cosas, sería un gran cambio de paradigma para el ser humano.
Dejaríamos de hablar de certezas porque no las tendríamos (de hecho no las tenemos), se desvalorizaría un poco la ciencia y el razonamiento lógico (tan limitado) de la mente humana, y empezaríamos a hablar de cómo cada uno ve o siente las cosas, sabiendo que las ideas son personales y comprendiendo que las otras personas tienen sus propias opiniones y sentimientos de todo lo que nos rodea. Y que tendrán sus razones.
Por mucha ciencia que metamos, la mente será siempre subjetiva.
Ampliaríamos las posibilidades de absolutamente todo lo imaginable, aumentaría la tolerancia en general, integraríamos la paz que da vivir sin certezas, siendo flexibles, abriendo la mente y el corazón a la grandiosidad de la existencia, solo viviendo, sintiendo cada instante presente con todo su potencial.
Empezaríamos a comportarnos como humanos entre humanos, sin certeza en las ideas pero si en los sentimientos.
Sintiendo la vida en vez de pensarla.
Con la confianza ciega de que todo seguirá girando, aunque yo no sepa cómo lo hace.
Que todo seguirá su movimiento, aunque yo no esté.
Porque esto no va de mi, ni de ti.
Va de nosotros en el mundo gigante y de nuestro mundo gigante en un universo aúnmayor, en expansión.
Y a la vez, tú tienes algo importante que aportar a ese movimiento humano. PERTENECES aquí.
Ya tienes lo que necesitas para participar, solo párate a mirar, observa, reflexiona… y cuando captes el ritmo del universo, del planeta, de la humanidad, de la naturaleza que te rodea, entonces únete a él desde tu esencia, con tus virtudes, sin querer controlar, sin exigencia, solo súbete al ritmo natural de las cosas de las que formas parte y se tu mismo.
Por último, te invito a pensar que tu inconsciente es como el universo, oscuro, lleno de puntos brillantes y agujeros negros, inmenso, profundo y maravilloso.
El inconsciente como el cielo, siempre estuvo y me resulta igual de fascinante, con muchas similitudes y virtudes que merece la pena destacar.
Vuelve a leer el articulo pensando en todo el universo infinito que se mueve en tu interior, del que no te puedes dar cuenta, aunque vivas inmerso en él. Asume que por más que lo investigues, siempre hay más interrogantes.
Quizás de aquí vengan esas frases tan dichas: Lo que es arriba, es abajo – Lo que ves fuera, lo tienes dentro.
Todos somos universos inmensos, inciertos y profundos, en expansión.
Elba.
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